viernes, 13 de junio de 2014

Eadem Mutata Resurgo






Morí. No se si ahora renazco o sigo yaciendo en una masa gris informe.
Pierdo la perspectiva mirando un punto concreto delante de mi, al fondo
procuro no parpadear, no pensar, no oler ni escuchar.
He estado tejiendo un capullo, aunque no de seda.
Un capullo de hebras amargas, indolentes, dejándome llevar
hacia delante, hacia atrás, vueltas y revueltas que me han ido encerrando.

A veces creí arribar a puerto, pero llega junio…
y el pequeño punto de luz que veía delante, a lo lejos, pierde brillo
Junio es una cueva, una matriz en la que encuentro el calor de los años que no van a volver
las personas que se fueron
los sabores apagados en la punta de mi lengua
el olor del estudio de mi padre: aguarrás, óleo rancio y tabaco de pipa.

Siestas que no queríamos echar (¿te acuerdas?)
Un patio de piedras con un caldero enorme en el que ella nos bañaba en verano
Una planta de dalias granates siempre llena de avispas junto a la pared de adobe encalada
Y las risas de mamá en la cocina.